Después de la fantástica Fantasía de Chopin, es difícil bajar…
Beethoven (1770-1827) tenía 32 años en 1802. Llevaba ya 6 años luchando por mantener en secreto una sordera creciente. Contempló el suicidio, como demuestra su «Testamento de Heiligenstadt», encontrado entre sus pertenencias tras su muerte.
Fue durante este periodo cuando compuso esta 17ª sonata, conocida como «La Tempestad», en 3 movimientos.
Si se me permite una descripción ligeramente caricaturesca, el primer movimiento expresa el drama, el segundo el repliegue sobre sí mismo y el tercero la oleada vital.
Los 24 años que siguieron hasta su muerte fueron un calvario cada vez mayor, ya que padecía acúfenos y los sonidos que percibía estaban distorsionados.
Así que fue recurriendo a su oído interior como compuso más de la mitad de su vida, y sus mayores obras maestras…
Como puede imaginar, hay muchos intérpretes de esta sonata. Así que la elección es muy difícil. He renunciado a grabaciones demasiado antiguas para no desanimar a oídos jóvenes acostumbrados a sonidos sin murmullos ni rasguños… ¡Y en Internet no está todo!
He encontrado esta grabación de Sviatoslav Richter que me parece vibrante, inspirada, con una muy buena elección de tempi (total 23’45»), en resumen, ¡muy bella!
Alfred Brendel también me pareció un pianista maravilloso, sobrio, que no se excede y no convierte a Beethoven en un romántico, que todavía no lo es. Una versión ligeramente neutra, sin duda por su cuidadísima articulación y un pedal reducido al mínimo que lo seca un poco? La elección de los tempi también es razonable (en total 24’32»). Pero prefiero Richter….
Debo admitir que la elección de esta obra me permite rememorar con placer y no sin emoción el periodo pianístico más intenso de mi vida, desde que toqué esta sonata en el programa de mi recital público para mi premio superior en 1985 en la École Nationale de Musique de la Creuse, en Guéret.
Si le interesa seguir la partitura, aquí tiene los enlaces que descubrí la semana pasada, que siempre es fascinante descubrir y comparar:
Pero esto sólo debería venir después de escuchar con los ojos cerrados, ¡para volver a mi idea inicial de escuchar música sin pantalla!
¡Feliz escucha!
Christophe.